Se Pierden las Buenas Costumbres en el Campo.
Se Pierden las Buenas Costumbres en el Campo.
Esta mañana, día que empieza el invierno, pero con lluvias escasas para las sementeras y el campo en general, salgo, como todas las mañanas, montado en «Hacedora», y nada más salir de la cuadra y ya enfilando la vía verde por donde hago mis salidas y entrenamientos. Diviso a lo lejos, que viene un coche de caballo al trote, es uno de esos coches de fabricación casera, lo que por estos terrenos le llaman un charré, tirado por un caballo alazano con un cruce de percherón.
«Hacedora», rápidamente se pone con las orejas tiesas, el cuello elevado y mirando al horizonte, como diciendo, eso que viene por mi camino no es una cosa corriente por mis dominios. Así que me paro junto al camino, camino ancho que han habilitado para una nueva finca de caballos. Y dejo el paso libre para este charré, y como es lo habitual en el campo, le doy los buenos días a los dos pasajeros del coche de caballos, la callada por respuesta, le vuelvo a gritar, por ni no me hubieran oído. !!BUENOS DÍAS!!, y el silencio vergonzoso de los supuestos cocheros, ya que el mundo del enganche, es como el de los caballistas, es consecuente con la educación y la tradición campera.
Para compensar la mala educación de los componentes del charré, al poco tiempo me cruzo con un señor mayor, campeando a su perro y al cruzarse con nosotros, nos da los Buenos Dias reglamentarios en el campo.
Sigo con el entrenamiento de hoy, ya que hace dos días, ya puedo trotar y galopar un poco, la cintura me molesta levemente, pero trotando no tengo ya problema de dolores. Lo que hace la afición. Pues en la recta siguiente, me cruzo con un caminante habitual y este levanta la mano en señal de saludo.
Desde pequeño, cuando cabalgábamos con mi padre y mis hermanos por la Sierra de Huelva en los términos de Zufre, mi padre nos inculcaba las normativas de educación tanto a caballo como pie a tierra. A nosotros nos daba vergüenza, el tener que preguntarle por la salud y la familia, a los trabajadores que nos encontrábamos.
Cuando llegábamos al cortijo ó las casas de los pastores y cabreros, y había que repetir el protocolo, como esta Ud, como está la familia etc. etc. El campo tiene sus tradiciones y normas de educación, cosa que nuestro padre nos inculcó con insistencia.
Alguna vez lo he comentado en otros artículos, cuando llegábamos a la entrada de Zufre, por la calle de los Linares, en tiempos de verano, que es cuando estábamos en el pueblo, las señoras se sentaban en sus puertas para tomar el fresco de la tarde y a nuestro paso, íbamos dando las buenas tardes, a izquierda y derecha, y nosotros, cuando montábamos por parejas, uno daba las buenas tardes por la derecha y el otro a las señoras sentadas a la izquierda de nuestra marcha.
Son recuerdos que no se olvidan por muchos años que pasen y el que uno dé los buenos días y no sea correspondido, suena a mala educación, sobre todo si se va montado a caballo.
Que los caballistas no olvidemos las buenas maneras cuando montamos a caballo, que cuesta poco trabajo el dar o responder cuando se saluda en nuestro caminar por el campo.
Saludos de Gabriel.
Sara Carrasco Seral
Las reglas de la buena educación. 😍
Comentario en las redes:
Federico Casillas
💯👏👏👏Así son las reglas del campo