Poner a un Caballo en Forma, por Coby Bolger.
«Poner un Caballo en FormaLos Puntos Fundamentales para Poner un Caballo en FormaFase I Las Pautas para Empezar.
Los Huesos y el Cartílago del Caballo.
Hace 75 años, los atletas humanos se preparaban para competir de maneras muy distintas a los de hoy. Se pensaba que un atleta nacía con su talento y que había que conservar este talento a toda costa. Así que los atletas descansaban mucho, daban algún que otro paseo o carrera sin cansarse demasiado, pero eso era todo. Incluso, estaba mal visto entrenar mucho, porque se pensaba que el atleta “natural” merecía ganar.
Nos hemos equivocado incluso en lo que pensábamos que eran nuestras capacidades físicas. Se llego a declarar a través de supuestos estudios científicos que el ser humano no podía correr la milla por debajo de 4 minutos. Se decía que su corazón estallaría con el esfuerzo. Cuando Roger Barrister cambió radicalmente los métodos de entrenamiento y rompió la barrera de la milla, de repente docenas de atletas también pudieron cambiar su preparación y correrla en menos de 4 minutos. Desde este momento, se empezó a replantear con nuevos estudios todos los procedimientos de cómo entrenar un atleta humano y luego estos estudios se empezaron a aplicar a atletas equinos. El éxito y la competitividad de cada binomio es debido a un conjunto inexplicable, intangible y casi mágico del corazón, talento, constancia, humildad, y capacidad para aprender del caballo y jinete. No todos montamos a nivel Olímpico y no podemos exigir que todos los caballos sean competitivos a altos niveles. Hay que valorar las capacidades del animal y su jinete. La naturaleza del caballo y su fisiología no se prestan con facilidad a la monta de personas o a los requisitos de nuestras disciplinas. Un mustang salvaje no salta 1’35 cada fin de semana, ni hace piaffer durante 10 minutos. No corre 2.400m. seguidos ni anda 160 km. Así que, si queremos que nuestros caballos sean capaces físicamente de competir, tenemos que prestar atención a como y hasta que nivel ponerlos en forma. Hay un sinfín de filosofías de cómo y cuanto se deben trabajar los caballos. Hay jinetes y preparadores que, por falta de tiempo o para reducir el riesgo de lesión, dejan el caballo en su box todo el tiempo menos su horita de trabajo. También hay otro tipo de jinetes y preparadores que creen que el caballo tiene que estar fuera de su box lo máximo posible. Su justificación es el ejemplo del atleta de hoy en día que puede pasar 6 a 8 horas entrenando. Los trabajos consistentes en largos paseos, cuestas, el trabajo normal que toca ese día y además el tiempo que pasan en el prado hacen que el caballo solo pise el box para comer y dormir. La filosofía de trabajo muchas veces tiene que ver con los riesgos inherentes al tipo de caballo que tenemos y su valor. Es comprensible que el entrenador no quiera arriesgar un potro puesto para carreras por soltarlo un rato en el prado. ¿Cuántas veces hemos visto a un caballo hacerse daño de verdad pegando botes y corriendo cuando está suelto? ¿O el caballo de doma o salto que está valorado en millones de pesetas además del tiempo y sacrificio que cuestan hacerle llegar a las competiciones importantes? ¿Merece la pena arriesgarlo con más tiempo fuera del box y más trabajo? El Chasis, El Motor y La Gasolina.
Se ha probado sin lugar a duda que no todo el cuerpo del caballo se pone en forma a la vez. Los huesos y cartílagos se desarrollan mucho más lentos que los músculos y el sistema respiratorio y cardiovascular. Por eso se dividen los trabajos para poner un caballo en forma en varias fases. Obviamente, se ajusta cada fase del trabajo para cada individuo a su edad, disciplina y nivel de competición. Pero las pautas son similares entre todos. La idea es construir un atleta que tenga todas las partes de su cuerpo, desde su esqueleto, sus músculos y ligamentos hasta su sistema respiratorio, preparado correctamente para competir y con un mínimo riesgo de lesiones. El primer paso para poner un caballo en forma es intentar aumentar su densidad y masa ósea y la calidad del cartílago. En esta fase también se aumenta de manera secundaria el riego sanguíneo a los tendones y su masa muscular. Cuando el caballo viene del prado, tiene que trabajar en una superficie dura. El trabajo para aumentar la densidad del hueso es una labor que tarda toda la carrera deportiva del animal. Hay diferencias de opinión y discusiones acerca de cual es el mejor método para llevar a cabo este “trabajo de base”. Hay los que prefieren el caminador, otros juran que pasear en nuestro campo en España con sus duros caminos sin asfaltar es lo mejor y hay un grupo que prefiere pasearlos en carreteras asfaltadas. Luego viene la discusión de cuanto tiempo es el óptimo. Tenemos el grupo de la escuela inglesa que pasea todos los días entre 30 minutos y 1 hora durante 1 mes antes de hacer cualquier otra cosa con el caballo. Luego hay los que pasean en duro todos los días pero también hacen algo de doma o cuestas durante el primer mes. La verdad es que hasta hoy nadie ha publicado un estudio completo de como mejorar exactamente la densidad y masa ósea de la manera más eficaz en el caballo de competición, aunque hay bastantes estudios publicados sobre potros y caballos de carreras. La razón de esta falta de estudios es porque para ver si hemos logrado aumentar notablemente la densidad de hueso de una manera científica, hay que sacrificar al caballo, para analizar sus huesos, nada mas terminar esta parte de la preparación. ¡Procedimiento que la mayoría de nosotros no queremos hacer con nuestras mascotas! Los estudios que se han hecho escogieron caballos de carreras y llegaron a las siguientes conclusiones:
1. No se entiende perfectamente como aumenta la densidad del hueso, pero esta probado que el esqueleto del caballo se adapta al estrés del trabajo y puede formar tejido nuevo. También la falta de estrés puede resultar en una perdida de en el tejido óseo, que por ejemplo es lo que les sucede a los astronautas durante sus viajes, pues su estrés físico es cero.
2. El hueso del caballo se adapta al trabajo que hace. Si quiere aumentar la densidad ósea para que el caballo pueda galopar sin arriesgar una lesión ósea, hay que galoparle en duro de una manera controlada durante distancias muy cortas que luego se alargan según aumenta la forma física del animal. Pero los resultados de estudios muchas veces no son aplicables a la realidad. No tenemos las instalaciones ni ninguna manera de hacer un seguimiento científico para llevar a cabo un trabajo controlado y progresivo de galopes en duro. Así que no lo podemos hacer sin arriesgar el caballo. La clave es aumentar el estrés que soporta el esqueleto del caballo de una manera progresiva con el mínimo riesgo.
3. El estrés de galopar o trabajar excesivamente en duro puede perjudicar a la larga las articulaciones, así que si el caballo tiene artritis o es mayor, hay que plantear el trabajo de otra manera.
4. No se puede hacer este tipo de ejercicio si el caballo no esta sano. Si tiene un sobrehueso activo, sobremano u otra debilidad ósea hay que ir todavía mas lento y consultar con el veterinario paso a paso.
5. Al principio cuando se pide que el hueso aumente su densidad para hacer un trabajo especifico, el cambio de trabajo provoca una cierta cantidad de desmineralización. Por este razón, es imprescindible dar a este proceso suficiente tiempo y proporcionar al caballo una dieta correcta con las proporciones adecuadas de calcio, minerales y fósforo.
6. Se puede destruir la densidad ósea si se compite en terreno inadecuado.
7. Después de 2 meses de trabajo adecuado en duro, se detectan señales específicas de mejora en la madurez de los huesos y el cartílago. El trabajo mínimo necesario para notar cambios es de 30 días aproximadamente.
8. El trabajo para aumentar masa y densidad ósea es una labor de años. Un caballo joven necesitará mas tiempo para ponerse que un caballo que lleva trabajando años.
9. Después de una lesión que obligue al caballo a quedarse durante un tiempo largo en “descanso de box”, la masa y densidad ósea sufren tremendamente. Es necesario empezar su trabajo de base desde cero y con aumentos graduales de trabajo para asegurar que no tenga una lesión secundaria.
10. Algunos casos de epifitis u OCD agudo en potros pueden terminar con problemas de densidad de hueso a largo plazo, pero en muchos casos, un trabajo adecuado en combinación con una dieta correcta puede mejorar la conformación del animal y su capacidad de aguantar el estrés del
trabajo. “El Olfato del Preparador y El Culo del Jinete”Hay que recordar la enorme importancia que tiene el manejo de cuadras y el “culo del jinete”. Cuando nos proponemos aumentar el nivel de forma física del caballo y se empieza a trabajar en serio para metas específicas, hay que “pillar” cualquier problema antes de que se convierta en algo grave. Trabajar con el veterinario mas estrechamente, alguna que otra prueba de sangre, chequear los tendones todas las mañanas, observar si el caballo marca algún dolor o sensibilidad dentro de la cuadra o cuando se le pone la montura y saber si el caballo come y bebe adecuadamente, han de ser el orden del día. Si el caballo tiene algo de fiebre, parece cansado, no come bien o está ligeramente deshidratado, son los primeros síntomas de que pasa algo. La planificación del trabajo no está escrita en piedra. Cuando se sube el jinete y hace el primer trote del día, se tiene que fijar si el caballo está utilizando su cuerpo de manera equilibrada y sin dolor. Si toca trabajar fuerte pero el caballo no está bien, es mejor ralentizar el trabajo o incluso darle un día libre en el prado. Es responsabilidad del jinete y del mozo en conjunto saber cuando el caballo puede aguantar trabajo fuerte y cuando hay que suavizar el programa. La Ley de Wolff
Hace años, un científico puso un hueso de un caballo (muerto) en una maquina que lo golpeaba con aproximadamente el mismo peso y fuerza de un galope de carreras. Después de 55.000 “trancos”, el hueso se rompió. O sea, durante el experimento el hueso fue acumulando tantas fisuras que termino rompiéndose. Este tipo de fatiga estructural es la misma que degenera a las alas de aviones y las vigas de los puentes de las carreteras. Se llama fatiga de material, y es acumulativa, es decir no se produce la rotura por sobrepasar la fuerza límite de estructura (Con esta fuerza bastaría un solo golpe) sino por acumulación de muchas fuerzas mucho más pequeñas aplicadas muchas veces. Luego salió otro estudio que probó que la estructura ósea necesaria para carreras sólo se hace con la velocidad y que se nota una mejora en estructura con solo unos pocos trancos de trabajo por semana.
1º Si mi caballo solo puede correr 55.000 trancos y 2º Si su hueso solo se desarrolla correctamente con la velocidad, hay que galopar poca distancia con velocidad. Más adelante, los entrenadores empezaron a discutir la validez de los estudios, 55,000 trancos es solo 275 millas o 440.000 metros. Esto representa unas 15 semanas de trabajo para un caballo que hace unas 3 millas diarias. Algo no cuadra. De esto salió La Ley de Wolff. “Un hueso muerto no puede cambiar ante el estrés de trabajo.
Un hueso vivo puede aumentar su densidad y masa ante el estrés de un trabajo progresivo y gradual”. Es decir regenerarse e incluso mejorar. Al final la teoría ha dado la vuelta. Ahora los científicos nos dicen que el hueso, los tendones y ligamentos y las fibras de colágeno aumentan y ganan fuerza con trabajos largos, graduales y progresivos para dar suficiente tiempo para que el hueso pueda aumentar su tejido. O sea, si trabajamos nuestros caballos correctamente, podemos mejorar su físico para poder optimizar su rendimiento competitivo. La decisión es nuestra – ¿Vamos a tratar nuestros caballos como los atletas humanos de hace 75 años y rezar para que ganen por su talento natural?, O ¿Vamos a intentar utilizar la información y estudios que existen para maximizar su competitividad?» Escrito por Coby Bolger, Spillers España. Saludos de Gabriel. |