Hay que Recordar las Enseñanzas a los Caballos. (a)
Hay que Recordar las Enseñanzas a los Caballos.
- Esta mañana lluviosa y ventosa, hemos recordado que las enseñanzas a los caballos hay que refrescárselas, de vez en cuando.
- El entrenamiento de hoy, nos llevó por un camino que al estar los campos tan anegados me encontré con un pequeño arroyo corriendo y cantarín, la yegua se asustó y dijo que no quería pasar, así que poco a poco hay que hacerla pasar. VENTOLERA POR EL AGUA 3 12
- Un poco de piernas, vueltas a uno y otro lado, algo de fusta y pasó, volvemos por el mismo sitio y pasarla una vez y otra, acariciándola y hablándole, pasando sin ningún problema. Esta es una enseñanza para nuestros jóvenes jinetes y otra del día de hoy, es el capote.
- Cuando nos tenemos que poner un capote por primera vez con un caballo, que anteriormente no lo hemos hecho, hay que tener algunas precauciones, ya que tanto el bulto del capote, como el ruido que hace el capote, no le agrada a ciertos caballos.
- Así que hay que ir acercándoselo poco a poco y con el cuidado de que no se nos espante y se nos escape de las manos. Cuando ya se ha hecho al ruido del capote, nos montamos con mucho cuidado, ya que se puede espantar y tirarnos.
- Quiero recordar una anécdota con el ruido de un capote ó impermeable, caminaba por las banquetas del canal de riego del Bajo Guadalquivir (Antiguo Canal de los Presos), con un impermeable de plástico, y al cruzarme con un conocido por la banqueta contraria, levanté la mano para saludarlo, en ese mismo momento el caballo que montaba «Missuri» se fue de caña, no comprendí la reacción del caballo, ya que no había pasado nada extraño, hasta que investigando y reproduciendo lo que había hecho hasta el momento de la escapada, averigüe que lo que lo había asustado, fue el ruido del brazo que hizo al levantarlo con el impermeable, un ruido de roce de plásticos, que asustó al caballo.
- Referente al capote de hoy, no era mi capote negro que se llevo el barranco del Trueno en mi accidente, bueno, pues resulta que me ha aclarado un lugareño de la zona, que no era el barranco del Trueno, sino el barranco del Bezo («Bezo» el que me quiso dar el dichoso barranco) donde tuve el percance. (No Hacemos Caso a Nuestros Mayores.)
- Jóvenes jinetes tened cuidado con los capotes ó con los chubasqueros, que también hacen ruidos de plástico, que no les gusta a los caballos.
Saludos de Gabriel.