Notas para una Conferencia de José Manuel Sales.
«Observar, estudiar y montar toda clase de caballos. Nos muestra, nos demuestra, pero también nos oculta (para su desgracia).
Problema histórico: Desde su domesticación, ni enganchado -primero-, ni montado -después-, el hombre ha pensado en el Gesto Confortable del caballo. En cambio, es la única especie que sobrevive gracias al hombre. Muchos mamíferos domesticables; poquísimos domesticados.
MAREY: El caballo es el animal que ha alcanzado la mayor perfección en la economía del esfuerzo.
BUFFON: El caballo, la mayor conquista del hombre.
DESMOND MORRIS: Si el perro es el mejor amigo del hombre, el caballo es el mejor esclavo del hombre.
LENOBLE DU TEILL: El hombre no actúa por el bien del caballo, sino buscando mayor facilidad de manejo y para su comodidad.
HERDER: la característica que nos hace mas humanos es la imperfección biológica. (Muchas imperfecciones las suple con el caballo).
ARISTÓTELES: El hombre se compone de lo que tiene y de lo que le falta. (Muchas «posibilidades» se las aporta el caballo).
D`ORGEIX: La presencia del caballo en este deporte, permite verse al jinete tal como él desea y no tal como realmente es.
La mente del caballo es tan simple que no le podemos equivocar. Similar a la de un niño que no ha alcanzado el uso de razón: sin sentido del futuro. Su memoria, al contrario que la nuestra, es inalterable mientras no se le reeduque, desensibilizando previamente, para luego grabarle lo que nos interese.
Su motivación son las emociones de cada momento: «energía emocional».
El caballo es muy emotivo, y el músculo es el órgano parlante de todo estado emocional. : J. M. DENOIX: «el dorso del caballo, filtro emocional» y «no hay dorso sin abdominales».
No es reflexivo –no tiene palabras– pero sí reactivo: un tercio más rápido que nosotros.
Su instinto más atávico y del cual nos servimos, la huida. El caballo siempre quiere ir adelante.
La impulsión no es más que la educación de la huida. Su espíritu, siempre colaborador. Creo que es la mayor virtud del caballo. Sigue colaborando a pesar de los instrumentos de tortura que se han utilizado –y se siguen utilizando– con él.
Asnos y onagros, se domesticaron antes que él. El caballo, entonces, era un poni «A» raquítico –estaba en proceso de extinción–. y debió desbancar a sus primos hermanos por el espíritu de colaboración.
Posiblemente sea la montura el único atalaje con el que el hombre le ha respetado a lo largo de los siglos. (Lo atestiguan la montura tártara y nuestra vaquera antigua –de hace medio siglo).
Al contrario que los demás animales, las señales que nos envía el caballo para manifestar su desacuerdo con nosotros, son táctiles: resistiendo con la mandíbula a nuestra mano; o quedándose detrás de ella. Pero no nos envía señales visuales ni acústicas como los demás animales. Sólo se dirige a la persona que le monta.
Los errores cometidos con una máquina, se pagan inmediatamente. El caballo pasa factura cuando se harta. Y mientras tanto, ni nos enteramos de lo que hacemos mal.
3+1 articulaciones: mandíbula, nuca, base del cuello (cérvico-torácica) + riñones (lumbo-sacra): son las principales articulaciones sobre las que se actúa a caballo.
El estado de relajación o tensión de la mandíbula, repercute en todo el cuerpo. (Antiguo brindis de los toreros).
La nuca es la articulación más visible pero no la más importante.
La gran desconocida –más bien, ignorada– a lo largo de los siglos, la cérvico-torácica.
El caballo, el único mamífero que tiene la misma sinergia cuello-riñones que el hombre. (Delfines y ballenas, los que más se parecen). Una de las características fundamentales para poder ser montado.
FUNDAMENTOS DE LA EQUITACIÓN
En el caballo hay mas cosas importantes que no se ven, que las que se ven.
El caballo no es una máquina: tarda mucho en pasar factura.
Primer objetivo cuando nos montamos a caballo: por el mero hecho de montarnos que, física y síquicamente, nos lleve y se lleve bien.
Todo trabajo gimnástico comienza por estiramiento; lo normal, comenzar por el cuello.
El caballo, único atleta que –para su desgracia– a menudo empieza por «encogimientos».
Somos una mochila para el caballo: respeto a las tres leyes mecánicas que rigen la relación entre una masa transportada (la persona) y una masa transportadora (el caballo). El balancín cuello-cabeza es el segmento más deformable del cuerpo del caballo .
Las vértebras cervicales forman una «S». Y también es el segmento equilibrador. (En los grandes felinos se nota más que el segmento equilibrador es la cola). Además es la parte del cuerpo situada entre la mano del jinete y la boca del caballo. O sea, la parte sobre la que actuamos directamente con las riendas.
Cintura escapular. También parte deformable del caballo al ser montado, por falta de clavícula. Su inserción con la base del cuello –punto capital, la articulación cérvico-torácica–, la gran ignorada en la historia del caballo domesticado (tiro de las cuadrigas y embocaduras de la época greco-romana). Incluso hoy en día cuesta tomar conciencia de ella: sólo se tiene en cuenta el desequilibrio que producimos al ir sentados cerca de la cruz. Imagen personal del puente vertebral del caballo: la de un carro de un sólo eje, con un caballo enganchado. Lo primero que se debe hacer es, sobre el carro bien equilibrado, ajustar correctamente los atalajes al caballo para que a éste le resulte fácil tirar del carro: que sus gestos sean confortables. De ahí, la importancia de conocer la musculatura de de la cintura escapular y de la base del cuello. (J. LICART, BENNETT, KARL, etc).
¿Está el caballo hecho para ser montado? Desde hace poco más de 3000 años, nos está demostrando que sí. De lo contrario, hace muchos siglos que la especie hubiera desaparecido.
Pero durante todo este tiempo, poco se ha preocupado la humanidad porque sus gestos fueran confortables. Era la época en que la humanidad, en lugar de utilizar el poder de invención, le resultaba mucho más fácil recurrir a la tracción colectiva: disponibilidad de esclavos y prisioneros. Y el caballo, el principal esclavo.
Ligamentos nucal y supraespinoso. Su importancia para que nos lleve y se lleve bien. Su funcionamiento, como el humano. Corresponde a la sinergia cuello- riñones, propia del hombre y del caballo.
Fundamento del trabajo cuello «bajo y lejos». Posición adoptada por el caballo en dos tercios de su vida en la naturaleza.
Los músculos con los que el caballo invierte el cuello, son antagónicos de los músculos que lo doblan –o incurvan–. Luego, para desinvertir el cuello, lo primero y más fácil, doblar, incurvar por la base del cuello: como el NO-DO, al alcance de todos los españoles La base de todas las flexiones está en romper el eje vertebral del caballo, con lo que se destruyen sus «fuerzas instintivas», las resistencias del caballo.
La flexión más sencilla e importante: la espalda adentro.
LIMITACIONES HUMANAS
(más perniciosas) Los sentimientos de masa transportadora y masa transportada, son muy distintos
Asiento: falta de fijeza (mal uso de los aductores) desequilibrio (no confundir con estabilidad) culadas (hay que valorarlas; debajo de la montura está el dorso del caballo) .
Manos: de mente enormemente depredadora: tendencia instintiva a agarrarse el bíceps, el músculo más nefasto en Equitación. dificultad en romper la simetría de movimientos de nuestras manos: «que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda» instintivamente, la mano que siempre coge al caballo, es la interior.
Aprender a relajar el brazo interior, mientras se tensa el exterior por qué es importante la rienda exterior Ideal: mano bocherizada: que resista y que no tire (bíceps, cero) .
Piernas: equilibrarnos correctamente: pie debajo del culo fijarnos al caballo: aductores.
Nos centauriza papel secundario: impulsivo pedir dos cosas a la vez continuamente, ninguna de las dos se harán bien.
EJERCICIO PRIMORDIAL
Como en cualquier deporte, buscar el Gesto Confortable –económico y ergonómico– del caballo.
1º montar como una mochila inteligente. La montura no es para acomodarse a sí mismo, sino acomodarse mejor al caballo. Las antiguas vaqueras, ideales para aprender a equilibrarse.
2º antes que la puesta en mano, está el que acepte la mano; sin resistencias.
3º estirar, empezando por el cuello, respetando el movimiento hacia delante.
4º a caballo, más importante que dar órdenes, es poner orden en cada parte de su cuerpo. Y en el todo.
5º que el caballo se aguante sólo. No tirar cuando el caballo tira (pesa varias veces más que nosotros).
Resistir –bíceps cero– sólo cuando se sepa que se le va a ganar. Siempre, ganar sin luchar. Decía DOMINGO ORTEGA: «torear bien es hacer que no se desperdicie nada en la embestida del animal, sino que el torero la absorba y gobierne íntegra». «…en el toreo, todo se hace hacia delante»
El caballo no nos enseña nada. ¿O sí? Sí es seguro que se limita a responder a nuestras preguntas.
Si le preguntamos mal, nos responderá mal. Por eso, el montar bien empieza por hacer gestos correctos para que el caballo me entienda. Los gestos preguntan o incitan; sólo la respuesta nos dice si se ha hecho bien o no. Distinto a pensar que lo estoy haciendo bien. Cada gesto tiene –o debe tener– una significación para el caballo.
Muchos momentos somos zombis: no somos conscientes de lo que le estamos diciendo al caballo. Por el bien del caballo.