Cuidado con lo que le Decimos ó Contamos a Nuestro Caballo. (a)
Cuidado con lo que le Decimos ó Contamos a Nuestro Caballo.
- Siempre pensamos que los caballos no se «enteran» de lo que les contamos cuando los montamos, y estamos muy equivocados. No son racionales, son animales, pero se enteran y comprenden perfectamente lo que les decimos ó contamos, y la muestra os la cuento a continuación, no es la primera vez que me pasa, pero los de este sábado pasado fue la «gota que colmo el vaso».
Os cuento la anécdota de mi yegua «Hacedora»:
- Acudí a la cuadra, como todos los días, para salir al campo, unos días con más ganas que otros de entrenar, digo entrenar, por el trabajo que realizo con la yegua, ya que hacemos bastantes Kms al trote y galope por mis zonas pedregosas de entrenamiento, pero últimamente y después de la dichosa gripe, hay días que solo salgo al campo a pasear, es decir paso y más paso, disfrutando del campo y a veces renegando de los incívicos que lo ensucian, pero este es otro problema añadido a la mala educación del personal.
- Pues esa mañana de este pasado sábado, después de cepillar, ensillar y hacerle una trenza corrida en las crines a la yegua, me monto en «Hacedora» y le digo: hoy vamos a pasarnos por casa de Esther a ver a las niñas, que hoy sábado si están en la casa. No todos los días están mis dos mellizas en la casa del campo, pero los sábados y domingos si suelen estar, la casa está a unos doscientos ó trecientos metros de la cuadra, en el campo y junto a la vía pecuaria por donde yo entre y paso todos los días, una vez a la ida y el siguiente a la vuelta, para que no se acostumbre a salir siempre para el mismo lado.
- Pues salimos por el «Camino de Sevilla»,(A Caballo por la Vereda del Rayo o Camino de Sevilla.) que así se llama la cañada, que llega hasta el pueblo de Dos Hermanas, y que ahora se encuentra cortada por la nueva construcción de la SE-40 y que en la actualidad no conserva más de treinta ó cuarenta metros de anchura y sitio de acumulo de suciedades, escombros y todo tipo de desechos, que los incivicos vecinos lo acumulan en los lados de la vereda(Trabajo sobre Vías Pecuarias, Cordeles, Colada, Etc.). De este camino sale un pequeño carril, lindando con un sembrado de trigo, que va hasta la casa de mi hija.
- Pues al llegar a este carril, le dije a «Hacedora»: vamos para ver a las niñas pero no vamos ahora, vamos después de haber trabajado un poco, ya que así luego mis nietas se montan con más seguridad, pues nada, erre que erre, la yegua que para ver a las niñas, que no quiere seguir por el camino, ella ya quiere ir para la casa, tuve que «pelearme» un poco con ella para que siguiera el camino del campo y trabajar un poco.
- Como decía antes, este camino los recorremos casi todos los días y sin problemas, pasa de largo del carril y seguimos hacia el campo, pero cuando le digo que vamos para ver a mis mellizas, eso ya es su prioridad llegar a la casa y dejar que mis nietas la acaricien, se monten y disfruten de su presencia.
- Así que cuando no le digo nada, ella pasa del carril por donde se va a casa de mis mellizas y caminamos hacia el campo, pero cuan lo digo, hoy vamos a ver a las niñas, esa ya es su preferencia y protesta cuando pasamos de largo del carril que nos lleva hacia su casa.
Nuestros caballos se enteran de lo que le decimos ó contamos, al menos esa ha sido mi experiencia.
Saludos de Gabriel.
Lleva razón yo a mi caballo piropo lo llamaba y venia a mi como un perrito faldero.Saludos