Articulo de Santiago Vázquez en su Basic Endurance.

El pasado 2 de noviembre, se ha celebrado en la localidad madrileña de Cadalso de los Vidrios la Copa Interautonomías de Raid 2013. Una prueba en la que se compite por equipos de Comunidades Autónomas, en las categorías de 40, 60 y 80 km, con límites de velocidad y una normas específicas para esta prueba; es decir, está pensada para fomentar el deporte de base y motivar a aquellos que corren estas categorías inferiores, en espera de poder alcanzar cotas mayores. En resumen, BASIC ENDURANCE a tope.

Por mi parte, he tenido el honor de participar como miembro del equipo de Aragón, lo cual ha sido una experiencia gratificante y de la que he sacado diferentes lecciones aprendidas o conclusiones. Como no quiero ser pesado, os paso a relatar sólo las más importantes:

– Hay que fomentar este tipo de competiciones, pero hay que olvidar rencillas o malos rollos entre federaciones, clubes o jueces; porque es una pena que sólo participen 4 ó 5 comunidades de las 15 que practican raid con asiduidad.

– La organización ha sido excelente, el recorrido muy bien marcado y bien elegido; era exigente en cuanto a desnivel, lo que también evita que la gente se desmadre en velocidad.

– Ha estado presente gente con experiencia y conocimientos, comenzando por el jefe del equipo nacional Ignasi Casas, lo cual hace que se pueda resolver cualquier duda y que te den buenos consejos.

– En general me ha llamado la atención la «vergüenza» de muchos chavales a entablar conversación durante la carrera. Precisamente una de las  grandezas del raid es que puedes charlar o departir con otros competidores durante kilómetros, aunque sólo sea para hablar del paisaje; pero me da la sensación que algunos iban demasiado presionados o con excesivo afán competitivo. El caso es que a algunos no se les sacaban las palabras ni con sacacorchos. No lo sé, pero creo que esta carrera es la ideal para hacer amigos y disfrutar de los caminos.

Por último, me he reservado una anécdota, para que vosotros mismos, si queréis, me comentéis vuestra conclusión:

Mi prueba (62km) tiene 3 fases. Estoy en mitad de la segunda fase galopando con dos chavales (insultantemente jóvenes para mí) delante, cosa que evidentemente ayuda a mi caballo, novato todavía y que no empuja mucho cuando va solo. De repente un gran charco que obstruye todo el camino me hace parar (es un inconveniente de mi caballo, no es demasiado «acuático»). Aunque los chavales se dan cuenta, siguen su camino (¿?). Yo por mi parte, echo pie a tierra y lo paso sin mayor complicación. Pasados unos solitarios kilómetros ¡sorpresa! me encuentro a uno de ellos (una chica) dando patadas a lo que yo llamo un «caballo de escayola», es decir, se había parado como un sello y no quería avanzar ni un metro. Cuando llego a su altura, echo pie a tierra y tiro del caballo hasta que empieza a moverse junto al mío. Tras varios intentos, consigo que se «enganche» a mi grupa y que avancemos juntos unos kilómetros al trote, e incluso con alguna galopada. Cuando llegamos a la siguiente asistencia, cual es mi sorpresa, que al poco de llegar la chica no me espera y sigue su carrera como se dice en Aragón «a su marcha»; dejándome otra vez ante solitarios kilómetros… ¿?

Un saludo.