Hacedora ha Salvado una Vida.
Hacedora ha Salvado una Vida.
Esta mañana, cuando trotábamos tranquilamente por la banqueta del canal del Bajo Guadalquivir, Hacedora se pone tensa, con las orejas muy tiesas, y mirando hacia nuestra izquierda. Las dos orillas del canal estaban solitarias, nada veía yo que sobresaltara a Hacedora.
Pero seguimos trotando y como continuaba sobresaltada, miro con más atención a la posible causa de su preocupación y descubro en la orilla contraria por la que trotábamos, y colgada de un acebuche, una cabra presentaba la blancura de su barriga. Primero pensé que estaba muerta, ya que estaba inmóvil y en una posición muy delicada.
Sigo trotando para coger el primer puente para pasar al lado contrario del canal y acercarme a la cabra colgada. Hacedora asustada ante la visión que le traía tensa desde mucho antes, los animales palpan el dolor y los problemas de otros seres, mucho antes que nosotros.
Desmonto y me acerco a la cabra para ver su estado, pero Hacedora no está de acuerdo y me tira de las bridas para alejarse del motivo de su problema.
Amarro a Hacedora en las bajeras de un acebuche cercano y me acerco a la pobre cabra, que inmóvil, pero le veo sus ojos que se mueven, así que no está muerta. Miro la causa de su problema y me encuentro, que al querer ramonear las bajeras del acebuche, había metido la pezuña de una de sus manos entre dos ramas del acebuche, primero intenté subirle la mano para quitarle el anclaje de la horquilla opresora, pero el peso de la cabra no me dejaba, ya que el acebuche está en un pequeño declive de la banqueta del canal y todo su cuerpo pendía de la mano atrapada.
Estudio las posibilidades de liberarla, ya que el peso de su propio cuerpo actuaba en su contra, y en no muchas horas esos pulmones hubieran colapsados y le hubieran causado su muerte. Ya que el pastor las saca temprano de su aprisco y al paso por las banquetas del canal, las lleva a pastorear y hasta la tarde no aparecería nuevamente por ese sitio para volver.
Así que viendo las posibilidades que tenia para liberarla, y no pudiendo subirla, me subo al talud y me agarro a una de las ramas que hacían de cepo y me cuelgo de la rama más pequeña y logro desgajarla del tronco y al romperse, la cabra sale rodando por el talud y corrió como una loca, cojeando un poco, pero sana y salva.
Estudiando la posición de la cabra, mientras seguíamos con el entrenamiento con Hacedora, me dí cuenta de lo poco que había faltado para que esa pobre cabra pasase a mejor vida. Pero las circunstancias de que habíamos empezado el entrenamiento por este recorrido, ya que todos los días lo alternamos, y el aviso de Hacedora, fue lo que salvo la vida a la cabra.
En fin, un día con buenas sensaciones, ya que no todos los días uno le salva la vida a un ser vivo, pero mucha culpa la ha tenido Hacedora, ya que si ella no me avisa del peligro, yo no lo hubiera notado, porque la cabra estaba inmóvil y solo se veía un cuerpo blanco colgando de un acebuche.
Y esta es la historia real de como Hacedora ha salvado una vida.
Saludos de Gabriel.


