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Las Claves Nutricionales del Caballo de Deporte (II Parte). (a)

Luis Poveda.

Las Claves Nutricionales del Caballo de Deporte (II Parte).

  • Este es el segundo de los articulo de Luis Poveda sobre las claves nutricionales del Caballo de Deporte.

«Las Claves Nutricionales del Caballo de Deporte.
Luis Poveda
Veterinario y Nutrólogo

  • Entrenamiento y Competición
    Antes de iniciar una nueva temporada es fundamental que realicemos una programación de las pautas y objetivos en los que queremos participar para poder programar, en general una “buena temporada”, pero en particular, las pautas de alimentación y manejo que debemos aplicar al caballo para obtener su máxima condición física sin que se alteren ninguna de sus funciones, ni metabólica, ni digestiva, ni muscular, ni locomotora y tampoco la psíquica, tan maltratada frecuentemente.
  • PRE-ENTRENAMIENTO
    Lo primero que nos hemos de centrar es en dos puntos que afectan directamente a la capacidad digestiva y su aprovechamiento:

  • Realizar una correcta y completa desparasitación:  Lo más amplia posible sobre los parásitos potencialmente infestantes de los caballos, no solo los clásicos de la zona de ubicación del caballo, sino aquellos que tienen una mayor incidencia en diferentes zonas del país, ya que la ingesta de henos o pajas va a provenir en la mayoría de los casos de henos y pajas de zonas alejadas a los centros donde se ubican normalmente los caballos, y son muchos los parásitos que pueden venir con dichos henos y pajas muy difíciles de detectar pero fáciles de preveer.

  • Realizar una profunda y correcta revisión de la boca:  Como dije en el anterior artículo, la aprensión del alimento y la masticación de la porción de fibra larga (henos y pajas) es fundamental para que a lo largo del aparato digestivo se vayan cumpliendo las distintas fases –mecánicas, químicas y fermentativas–  que completen el proceso digestivo de una forma óptima.
  • Cuando se inician los entrenamiento suelen producirse situaciones de cambios de cuadras, traslados desde las fincas, parcelas o padocks de descanso, intercambio y contacto con otros ejemplares, cambios de temperatura (más comunes en primavera y otoño) aunque actualmente estos cambios de temperatura suelen tener más incidencia y de forma irregular, etc.. Todos estos factores son determinantes en la aparición inmediata, o tras períodos de 40 a 50 días posteriores a la situación de cambio producida, de incidencia de procesos respiratorios de origen bacteriano fundamentalmente, que pueden dar al traste con la mejor preparación y pautas de manejo que podamos y queramos dar a nuestros caballos, y en ocasiones dan al traste con el propio comportamiento digestivo (gases, diarreas, impactaciones, cólicos, etc.) del caballo y que muchas veces achacamos a los alimentos que en ese momento están ingiriendo los caballos, sean piensos o cereales, henos o pajas. Es por eso que prevenir estas situaciones mediante una profilaxis adecuada y acorde con el técnico responsable, junto con las pautas de desparasitación, manejo y nutricionales, las que elevarán, a niveles óptimos, el sistema inmunitario de los animales, preparándoles para hacer frente a las situaciones de esfuerzo físico, stress y cambios que van a padecer durante las competiciones.
  • Desde un punto de vista nutricional, es necesario acoplar el sistema digestivo a la alimentación que va a necesitar el caballo. Desarrollar todas sus capacidades digestivas requiere un período mínimo de tres semanas durante las cuales hemos de tratar de optimizar:
    – La capacidad de secreción de estómago, hígado y páncreas.
    – La capacidad de filtración del riñón así como su capacidad de rehidratación.
    – El correcto peristaltismo intestinal (tránsito).
    – La evacuación digestiva de restos de sustancias (tierra y pequeñas piedras) que pueden alterar dicho tránsito.
    Desde esta perspectiva, es lógico pensar que los alimentos a suministrar deben de tener un alto contenido en fibra (henos), fibra de una alta calidad digestiva y combinar el pienso y/o cereales que posteriormente vamos a utilizar en la fase de entrenamientos, con aportes de productos fibrosos de efectos laxante y extraordinaria digestibilidad.
  • En estas tres primeras semanas el consumo de piensos o cereales no debería de pasar de 2 a 3 kgrs./día junto con 1 kgr. de salvado de trigo como materia que aporta una mejor calidad de fibra y favorece las funciones antes mencionadas. Estas cantidades deben de ser suministradas dos veces al día, junto con el heno que se le suministrará tres veces al día o a libre disposición.
  • Durante este período de paseos y algún que otro trote (con el permiso de los entrenadores), no hay que olvidar un aspecto fundamental para cuando exijamos progresivamente mayores esfuerzos físicos, que es el de mineralizar y vitaminar adecuadamente al caballo. No me cansaré de repetir la importancia que tiene para el funcionamiento del metabolismo general y en específico para conseguir un buen tono y elasticidad muscular, tono y elasticidad de tendones, consistencia y amortiguación de las articulaciones, consistencia y elasticidad de los cascos, piezas fundamentales en la preparación física de los caballos la correcta mineralización acompañada de sus correspondientes vitaminas.
  • Es al final de este primer período de acople general del caballo cuando sería conveniente realizar un análisis sanguíneo para comprobar los parámetros básicos que nos permitan conocer su estado general y metabólico. Dependiendo de estos análisis, podremos dar al entrenador unos datos fiables que le permitan con mayor precisión, desarrollar de forma individualizada y eficaz sus pautas de entrenamiento así como el establecer un patrón analítico individualizado de cada caballo que le puedan facilitar la detección y corrección sobre dieta y pautas de entrenamiento, ante cualquier incidencia que sufra el caballo durante los ejercicios de entrenamiento, al poseer unos perfiles del caballo obtenidos en un estado de “normalidad” metabólica desde un punto de vista hemático, hepático, renal y muscular.
  • ENTRENAMIENTO
    Conocido y aplicado lo hasta ahora descrito pasamos a las pautas de alimentación y manejo propias de un período de entrenamiento diario y semanal adecuado a la programación deportiva realizada.
  • En esta fase, propiamente de entrenamiento, es donde hemos de concentrar nuestros esfuerzos para conocer, en un período máximo de 1 mes, cuál es la respuesta física y de peso vivo del caballos frente al ejercicio y alimentación que le estamos proporcionando.
 
  • Teniendo en cuenta que, como he dicho en otras ocasiones, no deberíamos de pasar del 40% de concentrados con respecto a los henos, y que en un caballo de 550 kgrs. de peso vivo estamos hablando de aproximadamente 4 a 5 kgrs. día, es ese 0,5 a 1 kgrs en más o menos lo que nos va a permitir ajustar la energía suministrada vía concentrado (pienso y/o cereales), al gasto físico en energía que realiza el caballo, sin olvidarnos a la hora del diseño final de la dieta, de cuales son los aportes de proteína, minerales y vitaminas que poseen esos kgrs. que consideramos óptimos para mantener el peso y masa muscular del caballo. Vuelvo a incidir en algo que repito “cansinamente”, cuando un caballo con 5 kgrs. de concentrado diario (piensos y/o cereales) no conseguimos en ese mes alcanzar un estado físico bueno, hemos de reconsiderar la dieta suministrada antes de aumentar los kgrs. diarios de concentrados, de lo contrario, nos arriesgamos a poner al caballo en situaciones de máximo riesgo digestivo (laminitis, infosuras y cólicos).
  • Es lógico pensar que además de los aportes de concentrados, el caballo obtiene un 50% de su energía de los henos y forrajes que le suministramos, y la energía de estos depende de la digestibilidad de la fibra, tratar de suministrar la mejor calidad de heno siempre será una pauta inteligente y “mejorante” de las funciones digestivas y económicamente rentable porque reducirá a lo estrictamente necesario el consumo de concentrados.
  • PRE-COMPETICIÓN
    Este período se situaría tres semanas antes de participar en una competición, si bien se trataría del acople final para preparar un período de competición que en muchas ocasiones no se limita a uno o dos únicos días, sino que comienza un ciclo que puede durar varias semanas.
  • Es en este período donde convendría realizar un nuevo análisis de sangre para conocer el estado metabólico-funcional del caballo y poder así “retocar” la dieta de acuerdo a sus necesidades.
  • Varios son los factores que en este período hay que tener en cuenta:
    – Hay que procurar que los alimentos que vayamos a consumir en las próximas semanas sean de la misma partida, tanto los henos y pajas como los concentrados (piensos y/o cereales), cualquier variación en los valores nutritivos o características físico-químicas de los concentrados pueden llevar a la pérdida del estado físico de los caballos, cuando no ocasionar trastornos en su metabolismo hepato-renal. De ahí la importancia de que la provisión de alimentos se realice pensando en estos períodos para que todo pertenezca a las mismas partidas o lotes.
  • Parece como si en estos períodos, los caballos “conociesen” la proximidad de las pruebas a las que van a ser sometidos y su estado psíquico está algo más alterado. Seguramente la compenetración existente entre caballo-jinete le permite intuir, por la forma de montar fundamentalmente, el estado psíquico del jinete, y claro tiene todas las probabilidades de “compartirlo”. Pues bien ese aumento del estado nervioso del caballo le va a producir un mayor consumo de energía que deberíamos de preveer en la dieta, sino todos los días, sí en aquellos días donde se hubiese observado una mayor excitación. Estos suplementos energéticos deben de ser aplicados o bien antes o después del trabajo.
  • – Hemos de preveer que durante esta fase que, si trabajamos con unas condiciones de temperatura mayor de lo habitual, tenemos que tener la precaución de administrar rehidratantes después del trabajo de forma sistemática, será la única forma de prevenir cualquier pequeña deshidratación que sufra el caballo que daría al traste con su estado de forma, al alterar su sistema renal y por consiguiente su capacidad óptima de rehidratación renal durante el ejercicio.
  • – Hemos de realizar un examen de la textura de las ranillas y de su unión con los pulpejos para comprobar si existe sensibilidad a la presión y poder de esta forma, y vía dieta alimenticia, poder reforzar su consistencia y elasticidad.
  • Una sensibilidad excesiva va a condicionar no solo el comportamiento físico-psíquico, sino también sus movimientos en los distintos ejercicios y que repercutirán en las estructuras musculares de espaldas, dorso y grupa.
 
  •  COMPETICIÓN
    Me refiero en este período a las 24 horas previas al concurso y el día de la competición o los días si son varios seguidos.
  • En esta fase hay que tener presente los siguientes factores:
    – Si tenemos al caballo en una situación de stress, por el transporte, cambio de box, ruidos a los que no esté acostumbrado, etc., este stress va a producir dos efectos muy importantes:
  • * Una deshidratación, por lo que hemos de suministrar rehidratantes en abundancia.
  • * Un aumento de la secreción de histaminas que el hígado en ocasiones y según la intensidad del stress no va a ser capaz metabolizar provocando situaciones de inapetencia o pérdida del apetito con el consiguiente trastorno metabólico.
  • Estas dos situaciones podrán ser paliadas con el empleo de rehidratantes y de reguladores hepáticos que nos permitan prevenir el desencadenamiento de los síntomas clínicos de estas alteraciones.
    Una vez declarados los síntomas, aunque corregibles, no es posible corregirlos en el corto espacio de tiempo que resta para el inicio de la competición.
  • Bajo ningún concepto hemos de variar el tipo de las camas del box. Si el caballo viene de camas de paja, hemos de poner cama de paja y no de viruta y viceversa.
  • Este detalle, si no se tiene en cuenta, puede provocar graves trastornos, tanto en el comportamiento del caballo frente al trabajo, como en su comportamiento digestivo con los consiguientes y más graves trastornos digestivos de toda índole (gases, laminitis, infosuras,cólicos, etc.).
  • – En la alimentación de la noche anterior y de la mañana de la competición, hemos de tratar de suprimir los aportes de aceites, cualquiera que sea su origen. Los aceites como tales pueden tener un efecto mecánico laxante, pero tienen también un efecto ralentizante de la digestión sobre todo de la porción fibrosa de la dieta, además de ser más lentos de metabolizar a nivel hepático, por lo que no favorecerían la rapidez del metabolismo hepático que necesitamos en la competición, haciendo fracasar durante la misma los niveles necesarios de formación de azúcar a partir de la gluconeogénesis (fase metabólica por la que el hígado transforma el ácido láctico que se forma durante el ejercicio muscular en glucosa). Esta situación puede llevarnos a situaciones de hipoglucemia durante el ejercicio y “desfondarse” el caballo a lo largo de la prueba.
  • El día de la competición hemos de administrar el alimento entre las 3 a 4 horas antes del inicio de la competición, sólo en el caso del empleo de concentrados extrusionados o cooperizados por calor en la totalidad de sus componentes cuando podríamos reducir este período de ingesta-trabajo.
  • – Es por esta posible situación de hipoglucemia que se podría producir, y que se produce también en caballos con pocas reservas de glucógeno muscular motivada por errores en la dieta o trastornos del metabolismo energético de distinto índole, por lo que es conveniente a nivel preventivo administrar preparados energéticos 2, 1 o 0,5 horas antes del inicio de la competición dependiendo del tipo de producto y su composición. Este mismo aporte de energía sería bueno también administrarlo inmediatamente después del trabajo juntamente con los rehidratantes. En ocasiones estos “chutes” como yo les llamo energéticos, pueden provocar en ciertos caballos un estado de nerviosismo o excitación que habría que valorar individualmente y lógicamente unas semanas antes de la competición, se trata en definitiva de conocer el comportamiento del caballo en cualquier situación.
  • – Por último sería deseable que una vez terminado el ejercicio de la competición, el caballo tuviese heno a libre disposición antes de suministrarle el concentrado de la tarde-noche, que nunca debe de darse antes de las dos a tres horas posteriores a haber terminado de concursar.
  • POS-COMPETICIÓN
    Este período comprendería las 24 horas siguientes a finalizar el concurso. Habría que tener en cuenta:
  • – La comida de la tarde-noche debe de ser de heno con un complemento fibroso junto con sus correspondientes vitaminas y minerales. Esta dieta fibrosa favorecerá la recuperación del metabolismo hepático además del tránsito intestinal que suele estar afectado en una mayor ralentización como consecuencia de la fatiga física, el metabolismo hepático y la posible presencia de dolor por alguna situación traumática sufrida por el caballo.
  • – En el caso de que seamos conscientes de la presencia de dolor por una situación traumática acontecida durante la prueba, hemos de consultar al responsable técnico del caballo sobre la conveniencia de aplicación inmediata de antiinflamatorios para evitar la aparición de procesos inflamatorios que podrían inhabilitar al caballo durante días, y en el caso de poder prevenirlos sería una situación pasajera de 24 a 48 horas.
  • – Al día siguiente se aplica una dieta llamada “a media dieta” y que consiste en suministrar la mitad de los alimentos concentrados (piensos y/o cereales) y aumentar en la misma proporción los henos, de forma que la dieta sería muy fibrosa, lo que favorecería la situación de traslado y/o transporte.
  • ….SABIAS QUE…La revisión del estado de los cascos es una pieza fundamental en la preparación previa al entrenamiento y competición del caballo de deporte. Y me dirán… ¿ qué tiene que ver este tema con la alimentación del caballo ? Trataré de explicarlo.

 

  • Como de todos es sabido, en la forma de los cascos hay un componente genético transmitido bien línea padre o línea madre. En la conformación y estructura del casco también hay un componente genético, no tanto por la estructura en sí, sino por las mayores necesidades que ciertas líneas genéticas tienen determinados nutrientes o la dificultad en asimilarlos en una dieta normal.
  • El realizar una exploración buscando la consistencia del casco a nivel de ranilla y del final de esta y los pulpejos, nos permitiría ver si su consistencia es suficiente o existe una sensibilidad mayor o menor al efectuar presión sobre dichas zonas. Cuando hay sensibilidad es por que la estructura del casco es blanda, lo contrario y muy extendido en el PRE es el casco “cristalino” que se rompe con mucha facilidad (bien por que lo “sufrimos” o bien por la información suministrada por el herrador). Tanto en un caso como en otro estamos a las puertas de posible aparición de “cuartos” y lesiones articulares-tendinosas. Por otra parte, esa información que nos da el herrador sobre la textura y consistencia del casco, nos ayudará a hacernos una idea de, no sólo de la salud de los cascos, sino sobre algo fundamental para el caballo y su futuro deportivo, la textura, consistencia y elasticidad necesaria en un casco sano y deportivo, que va a ser sometido a toda una serie de ejercicios y trabajos en muy diferentes tipos de pistas y que va a repercutir en la “comodidad” de sus movimientos (desarrollo óptimo de sus movimientos) y en la prevención de lesiones de tendones, articulaciones y cascos.
  • Pues bien, en la estructura, consistencia y elasticidad de los cascos, son determinantes una serie de nutrientes, vitaminas, minerales, aminoácidos esenciales, que si no están en la dieta diaria y de una forma continuada, darán lugar a comportamientos psíquicos anómalos (hacen “cabeza” a defenderse frente a determinados ejercicios y posturas), para acabar ante la doma intransigente o insensible, en lesiones, musculares, articulares o tendinosas.
  • No se trata pues de añadir una vitamina determinada (biotina), muy extendida por cierto su uso indiscriminado, sino de ajustar la dieta en cuanto a sus aportes de vitaminas, minerales y aminoácidos en función del tipo de casco que tiene el caballo, ya que hasta ahora y conocidos son diecinueve las vitaminas, minerales y aminoácidos que forman parte en el metabolismos del crecimiento y desarrollo del casco. Por tanto ante cascos blandos o cristalinos sí podemos actuar de una forma eficaz y precisa, es una cuestión de equilibrar la dieta en su conjunto de nutrientes.
  • Este planteamiento es lógicamente complementario al uso de distintas cremas y grasas cuya actuación beneficiosa está siempre limitada por la propia fisiología del casco. La actuación de estas, es de fuera a dentro, realizando su acción de forma positiva pero muy superficial sobre la estructura del casco, y contraria a la acción del crecimiento del propio casco que es de dentro a fuera.»
Gracias Luis por este nuevo articulo para el buen manejo de la alimentación y cuidado del caballo de competición.
Saludos de Gabriel.

Gabriel Gamiz

Jinete de Raid Juez de Raid

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