Un Nacimiento sin Ayuda de la Matrona. (a)
- En el recorrido del día de hoy, recorrido más largo de los habitual, nos hemos encontrado con el nacimiento de un borreguito en el mismo camino que llevábamos. Galopábamos por el abandonado club de golf cerca de Doña María, club que usan los motoristas de moto-cros, para serpentear entre las bocas de riego, algunos aficionados al golf, que tiran sus bolas en lo más conservado y cuando la hierba esta larga, lo usan las piaras de ovejas que acampan por estas tierras.
- Pues cuando entramos en este club abandonado y vi la piara de ovejas pastando, baje el ritmo de galope, me puse al trote y caí al paso, ya que para atravesar una piara de ovejas, no es conveniente asustarlas con el galope de un caballo, así que al paso de mi yegua, me adentre en la piara y cual no es mi asombro que me encuentro con una oveja echada y con algo colgando, resulta que estaba pariendo en medio de la piara, el cordero ya asomaba la cabeza y en el tiempo que duró mi paso por esta maternidad campera, pude distinguir que ya se le veía las manos y parte del cuerpo, no me pare para ver la finalización del parto, cosa que no tardaría mucho, por no molestar a la oveja en su solitario parto. No necesitan matrona que las asistan, la naturaleza actúa de oficio, y la cosa sale perfecta. Aunque el pastor, a cierta distancia y sentado tranquilamente en unas piedras, me supongo que no la perdería de vista por si algo le fallara a la madre naturaleza.
- Hoy en el recorrido, ya que es domingo, me he encontrado con más compañía de lo que es habitual, lo primero que me encontré fue una pareja de caballistas que tranquilamente paseaban por mi recorrido, como es lo habitual y como me venían de frente, baje del galope al trote y antes de llegar a ellos me pude al paso, ya que no se sabe como reaccionan unos caballos que no conoces y si se pueden asustar al paso de un caballo galopando, todo ello ya publicado en mi articulo: Normas de Educación Cuando Galopamos por el Campo.
- Lo mismo me paso con varios caminantes, unos con perros y otros sin ellos, pero los que llevan perros sueltos, no se suelen preocupar de recogerlos, al menos al paso de un caballo galopando, ya que se suelen acercar peligrosamente a las patas de la yegua, con el consiguiente peligro para el jinete y para la integridad física del perro, ya que se puede llevar una buena patada de la yegua. Todos debemos de mantener las normas de educación con los caballistas ó transeúntes que nos tropecemos por unos caminos que son de dominio de los caballos, ya que son vías pecuarias por donde podemos circular sin problemas.
- A los caminantes que me encuentro en el mismo sentido de la marcha, les suelo gritar !!!Caballo va!!!, !!!Caballo va!!, para que no se asusten por la presencia de un caballo que va entrenando al galope. Si tengo que pasar cerca de ellos, y según el tipo de camino, si es más bien estrecho, me pongo al paso hasta que los supero y vuelta al ritmo que traía.
- Las buenas maneras no se deben de perder cuando entrenamos por esos caminos de Dios y el ir montado en un caballo, no nos puede dar «patente de corso», hay que respetar a las piaras de animales, sembrados, transeúntes, caminantes y caballistas paseando.
- Que la vida siga su camino y la especie de las ovejas, la que hoy hemos visto nacer, continúen con su reproducción y perpetuación de la especie.
Saludos de Gabriel.