95 Litros en 48 Horas para el Campo Sevillano.

95 Litros en 48 Horas para el Campo Sevillano.

A las 48 horas de mi artículo anterior y tras haber caído 95 litros de agua en ese tiempo por estas tierras sevillanas de María Santísima, el campo brilla de ilusión y preñado de agua.

Nada más salir de la cuadra, con el capote terciado en la montura, como debía haberlo llevado el día de mi grave accidente en el barranco de Zufre (No Hacemos Caso a Nuestros Mayores.), me encuentro con el camino horadado por las aguas de estos dos días, pero los barbechos siguen casi sin escorrentías y habiéndose chupado todos los litros caídos en estos dos días.

Los caminos están un poco resbaloso y tengo que cuidar donde troto y galopo, ya que puedo dar con los huesos en el suelo, y ya no está uno para estos lances.

Las enseñanzas de hacer pasar a «Hacedora» por los grandes charcos que me encuentro en el camino, es una repetición que hay que hacerle a los caballos, para que se acostumbren al paso por agua. En dos de las entradas al agua, ha saltado como potra nueva, pero con las repeticiones ya trota por encima de los charcos sin ningún problema.

Estos días de agua abundante, tienen que servir para poner a los caballos en este medio acuático, hay que repetir estas enseñanzas, sobre todo en las zonas donde no es abundante el agua, como es por estos lares. Para que el día de una competición con agua y charcos, no tengamos problemas.

En este  vídeo os enseño parte de mis recorridos, donde los  Lentiscos brillan con estas aguas, aunque hasta en verano están muy verdes.

También os pongo  esta foto y un vídeo desde el pino grande, desde la parte más alta de mi recorrido, junto al Gran Hipódromo de Dos Hermanas, desde donde se divisa gran parte de Sevilla.

Las aguas que se han salido del camino, donde se ven los restos de maleza arrastrada, han invadido parte del sembrado de altramuces y han dejado los tallos al aire, veremos si se salva este trozo de sembrado.

Por las banquetas del Canal del Bajo Guadalquivir, volviendo a la cuadra y metiendo a «Hacedora» por los charcos para recordarle los pasos por agua.

Hoy he salido al campo con el capote terciado y amarrado a la montura, por si cambiaba el tiempo y volvía a caer la bendita agua para el campo.

Que siga el cielo regando las tierras, ya que los veneros están agostados, las urbanizaciones que tenemos cerca de la cuadra, tienen los pozos en estado crítico y con una falta muy grande de agua.

Saludos de Gabriel.