Mi Primer Raid, Contado por una Joven Amazona.

Beatriz García Aldehuelo
Beatriz García Aldehuelo

Crónica de una Joven Amazona.

Desde el Equipo Rojo de Málaga, una joven amazona, de tan solo 8 años Beatriz García Aldehuelo, me remite una crónica de su primer raid, en el  X Raid Hípico Tierras de Zujaira y Casa Nueva (Granada), que se corrió el pasado 7 de Septiembre de 2024. Unas vivencias donde se le nota la emoción de su debut en nuestra disciplina. Y me ha recordado la noche anterior a mi debut en la disciplina, donde sin esas enseñanzas de un Equipo, me llevé una hora hablando por teléfono con un amigo veterano que me llevaba mi caballo, le hacia preguntas de todo tipo ya que estaba pegado en el devenir de una carrera. Al final mi carrera termino bien y mi caballo, «Español I» quedó en el puesto 15 de 30 caballos.

A esta niña le queda mucho camino por recorrer, pero los comienzos y las ilusiones no le faltan, así que tendremos una nueva campeona dentro del Equipo Rojo.

Esta es la crónica:

Mi Primer Raid, Contado por una Joven Amazona.


«Hola, aunque tal solo tengo ocho años, ya he corrido mi primer Raid.

Mi afición por el caballo comenzó como seguramente le ha ocurrido a muchos de vosotros, con un simple paseo en poni con mis amigos. A partir de ese momento mi vida gira entorno a los caballos y cuento con los dedos de una mano los días, horas y minutos que me faltan para volver a montar.

Fue en Madrid donde comencé a disfrutar de mis primeras clases de equitación y es allí donde poco a poco empiezo a dar mis primeros pasos en el mundo del salto, pero mi afición equina cambió cuando en el verano de 2021 fui a Málaga y convencí a mis padres para buscar un sitio donde poder montar mientras disfrutábamos de nuestras vacaciones. Tras buscar y rebuscar dimos con un sitio singular denominado HÍPICA INTERNACIONAL y sobre todo, con un grupo de niños amantes de la equitación que son capaces de todo con tal de pasar el mayor tiempo posible a lomos de un caballo. No os hablo de un grupo de niños cualquiera, os hablo del EQUIPO ROJO.


Recuerdo mis primeras clases en esa hípica con Iris y Luís, subida en un caballo enorme llamado OZA que, a pesar de ser una campeona de Andalucía, es capaz de aguantar a una principiante dando vueltas y vueltas al paso mientras ve como los miembros del EQUIPO ROJO le pasan como flechas.

En ese verano conocí a mis mejores amigos (Chloe, Lucas, Belén, Nacho, María, Olivia, Mar, Lola ,….) y también monté sobre mis caballo preferidos (Oza, Orza, Forever y el temido Mahican).

Uno piensa en ir a Málaga para ver las luces de Navidad, disfrutar de los chiringuitos o de sus baños en el mar. Yo solo pensaba en ir en Navidad, Semana Santa y, sobretodo verano, para aprender y compartir maravillosos momentos rodeada del EQUIPO ROJO.


Ellos fueron los culpables de que conociese las pruebas de Raid y siempre me decían que llegaría el momento en el que podría compartir una carrera con ellos.

Ese día llego, y tras un verano de campamento y entrenamientos con todos los miembros del EQUIPO ROJO, conseguí ponerme a tono para poder correr mi primer Raid. Fue el pasado 7 de septiembre y, ese día, tras una noche cargada de nervios y poco dormir, conseguí que por fin el reloj diera las 4:30 de la mañana para salir como un rayo con mi casco, mis botas y mi chaleco de montar camino de la hípica, subir los caballos al camión, cargar el maletero con todo lo necesario para la carrera, y poner rumbo a un pueblo de Granada llamado Zujaira.


Llegamos con tiempo suficiente para pasear a los caballos, preparar todo y darme cuenta de que mi sueño por correr un Raid se iba a hacer realidad. Nada impone más que llegar con mi caballo OZA ante los Jueces de la carrera y los Veterinarios que se encargan de comprobar que todo está en regla, pero eso si, todos los nervios se olvidan cuando consigues el peto con un dorsal que por más dobleces que le haces resulta complicado hacer que se vean los números al completo.

Llega el momento de la salida. Levante, Nsha y Oza, nuestros caballos, relinchan. Lola, Iris y Luís me da sus últimos consejos, ven que todo está Ok y me desean toda la suerte del mundo. Me pongo al lado de María y Olivia, mis compis del EQUIPO ROJO y el Juez da la salida. ¡¡¡¡Buena suerte para todos!!!, se oye decir a lo lejos.

Los caballos salen al trote por las calles y los campos de Zujaira y nosotros estamos atentos para seguir todas y cada una de las cintas amarillas que la organización ha ido poniendo por el camino.


Cabalgando y galopando llegamos a la primera asistencia. Allí veo a Lola y a todos nuestros padres con los brazos levantados, dándonos ánimos e indicándonos el lugar donde han puesto botellas y más botellas de agua para darnos de beber tanto a nosotras como a los caballos. Estamos tan metidos en la carrera que apenas paramos unos minutos para refrescarnos, beber un buche de agua y seguir por el camino buscando esas cintas amarillas.

Subimos cuestas, pasamos carreteras y galopamos por caminos polvorientos, hasta que, a lo lejos, vemos unos petos rojos y unas banderolas que indican que ya estamos llegando a la mitad de la carrera. Los caballos ya saben que en nada les toca un breve y necesario descanso, un buen cubo de agua y alguna que otra chuche.

Pasamos la mesa del Juez que toma nota del tiempo que hemos tardado en hacer los primeros 22 km y, a lo lejos, veo a mi Equipo preparados como si de una carrera de Formula 1 se tratase para, una vez ponga el pie en el suelo, Lola desabrochar la cincha, mi padre cargar de la silla, mi madre e Iris estar atentas del pulsómetro y, el resto, de
manera metódica, despacio y constante, echar agua sobre OZA, Levante y Nsha para que se recuperen lo antes posible tras la hora y media que llevamos de carrera.

Una vez OZA bebe agua y toma algo de aire, toca pasar por el control de jueces y que los veterinarios certifiquen lo que mi caballo ya me ha dicho con su mirada ¡¡Todo está perfecto y vamos a pasar a la segunda fase!!.

Toca descansar, hidratarse y sobre todo, cuidar y mimar a mi caballo así que cuando llegamos al box del Equipo, Oza ya tiene listo un enorme cubo con agua, y otro con heno y paja. Además, le añado como regalo unas ricas manzanas y una enorme zanahoria bien merecida por la excelente carrera.

Cuando me quiero dar cuenta veo que el reloj ya casi marca la hora que me ha dibujado Belén en el antebrazo así que, toca correr para llegar nuevamente al punto de salida.


Mientras Luís se encarga de los electrolitos, Oza apura su comida y bebe agua, Lola, Lucas y yo preparamos de nuevo a nuestro excepcional rocín, comprobamos que todo está perfecto y en un santiamén ya estoy subida a lomos de mi caballo y acompañada de nuevo por mis compañeras, Olivia y María, que también ha pasado a la segunda fase y con las que haré de nuevo el camino juntas.

Oza puede salir un poco antes que Levante y Nsha pero, somos el EQUIPO ROJO y como tal, decidimos ir todos juntos. Ahora toca fijarnos en las cintas azules y debemos tener mas cuidado ya que el camino es mas pedregoso y transita por carreteras por donde pasan coches.

A lo largo del camino vemos una acequia de agua y notamos que los caballos tienen sed, así que Olivia y María deciden dar un pequeño respiro a nuestros titanes, dejarles que echen un buen trago de agua fresca y así, cuando llegamos a la asistencia, nuestro Equipo se lleva un pequeño chasco pues, tras preparar cubos y botellas con agua, tan solo echamos un pequeño buche que aclara nuestras gargantas y salimos como flechas en busca de la meta.

Cuando ya los kilómetros empiezan a pesar en nuestras piernas vemos a lo lejos de nuevo las banderolas y los hombres con los petos rojos. Oza ya siente la llegada y a mi se me empiezan a empañar un poco mis ojos, no por el polvo del camino sino porque ya veo que la carrera llega a su fin, que uno de mis sueños se va a hacer realidad y que todos los miembros del EQUIPO ROJO hemos recorrido juntas los 40 km de carrera.

Pasamos el control de meta y de nuevo veo como mi asistencia y mi EQUIPO ROJO están allí, preparados para el final, pendientes de mi y del caballo que nuevamente toca refrescarlo, darle de beber y revisar sus pulsaciones.

Mientras nos dirigimos al control de jueces, OZA y yo nos miramos nuevamente a los ojos y nos decimos que todo está ok así que visitamos de nuevo a los veterinarios que revisan y corroboran que OZA, tras 40 kilómetros de carrera está en perfecto estado. ¡¡Qué largo se hace ese tiempo de incertidumbre y, sobre todo, que largas son esas carreras trotando con el caballo por el recinto de control!!.


Al final, para emoción de todos consigo hacer realidad mi sueño, no solo correr mi primer Raid sino además terminarlo con la camiseta y los miembros del EQUIPO ROJO. Es maravilloso sentir los abrazos y vítores de todos, en especial los de mis padres y mis entrenadores, Iris y Luís.


No puedo terminar estas letras sin antes agradecer a todos los miembros del EQUIPO ROJO por todo lo que me han enseñado y compartido conmigo en este verano de 2024 ya que sin ellos me hubiera sido imposible conseguir hacer realidad mi sueño; en especial la de Chloe que no ha podido correr por lesión y también la de Belén, Lucas y Lola que siempre han cuidado de mi y se han preocupado de que nunca me falte nada, dándome todos los consejos que solo los campeones conocen para poder llegar al final.»

Gracias Beatriz por escribir estas preciosas palabras de tu primera experiencia en una prueba de Resistencia Ecuestre, que solo sea el comienzo de una prospera carrera.

Saludos de Gabriel.

Gabriel Gamiz

Jinete de Raid Juez de Raid

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