La Higiene de la Cuadra.

La Higiene de la Cuadra.

Desde la Revista Álvarez Deporte y Tiempo Libre, me remiten este articulo de la Higiene de la Cuadra, que es muy interesante pasa la salud de nuestros caballos.

Nos explican las maneras de manejar los tiempos para cambiar las camas de nuestros caballos, así como las maneras de limpieza, desinfección de las cuadras y almacenes de grano y arreos.

Aquí tenéis todo el articulo:

«LA HIGIENE DE LA CUADRA
La salud de nuestro caballo está ligada en gran medida a la higiene y cuidados que le aportemos. Pero esta higiene no sólo tiene que ver con el propio animal, ya que el correcto mantenimiento de la higiene del lugar donde se encuentre incide de forma decisiva en su estado de salud.
Por tanto es muy importante mantener una correcta rutina de limpieza de las cuadras para prevenir enfermedades e infecciones.
No estamos hablando simplemente de «pasar la escoba»; la higiene debe ir mucho más allá e incluir la eliminación de parásitos o cualquier tipo de microbios que tanto gustan convertirse en compañeros de nuestros animales.
Debemos ser conscientes de los numerosos problemas que puede acarrear una cuadra sucia: cualquier herida no sólo tardará más en curar si hay suciedad, sino que además puede infectarse incrementando notablemente el problema; enfermedades como la sarna o la tiña se dan en ambientes que no son correctamente saneados; los cascos se estropearán notablemente si permanecen más tiempo del necesario sobre estiércol con orina…
En definitiva, un buen cuidador debe tener muy presente la labor de limpieza de cuadras. Para saber lo que hay que hacer y, más importante aún, cómo hay que hacerlo, hemos escrito este artículo del que estamos seguros obtendrá gran cantidad de información.
CÓMO LUCHAR CONTRA EL AMONÍACO
Uno de los principales problemas con los que nos encontramos en la limpieza y mantenimiento de las cuadras es la gestión correcta de los excrementos para evitar altas concentraciones de amoniaco en el aire.
El amoniaco se origina con la descomposición por microorganismos de los excrementos y la orina de los caballos. Este gas maloliente, es muy corrosivo y pueden provocar problemas respiratorios y corrosión en los cascos de nuestros caballos.
Para evitar esto debe realizar una buena gestión de los excrementos de los caballos. Un buen “colchón de excrementos” bien cuidado puede ayudar en la lucha contra el amoniaco en las cuadras. Para ello se debe crear una buena estructura de capas en las que no se deben retirar la bosta ni las partes húmedas de la orina. Pero se tienen que tapar por lo menos una vez al día con una buena capa de 10 cm de paja. Así se va haciendo un colchón que se tiene que cambiar sólo cada 4 -6 semanas. Durante este tiempo las capas inferiores se convierten en humus, produciendo un calor que favorece el crecimiento de los microorganismos.
Estos microorganismos especializados dividen el amoniaco en otros elementos como nitritos. Éstos no se disuelven en el aire, y por tanto, no son peligrosos para el caballo.
Podemos favorecer este proceso, que se llama nitrificación, con una manera determinada de esparcir la paja: Cuanto menos espeso el material mejor. Lo menos apropiado es la paja larga, lo mejor son las briznas o pelets de paja. (Trozos de paja casi molida).
Esta paja cortada y prensada le da más superficie a los microorganismos que la paja larga, así tienen espacio suficiente para introducirse y acelerar el proceso de nitrificación, bajando de esta forma la concentración del gas.
Además los pelets sujetan muy bien la humedad y la orina, lo que contribuye también a la reducción de una buena parte de amoniaco en el aire.
Es cierto que al principio montar un colchón de excrementos aumenta la concentración de amoniaco en el establo durante los primeros días pero con un buen mantenimiento del colchón el gas se reduce después a niveles muy bajos.
También podemos mantener bajos niveles de amoniaco si por la mañana limpiamos el box de estiércol y por la tarde se saca otra vez la bosta y las partes húmedas, siempre añadiendo un buen esparcimiento generoso de la paja. En cambio los que ahorran paja o limpian el box cada dos o tres días, son los que ponen en peligro la salud de su caballo.
 
PREVENCIÓN DE INFECCIONES
Si no queremos que nuestra cuadra sea infectada con cualquier plaga, conviene llevar a cabo una serie de conductas nada complicadas que resumimos a continuación:
La medida más sencilla es la más eficaz: ventilar a menudo, sobre todo en invierno. Para conseguir una correcta ventilación un factor importante son los techos de los establos. Cuanto más altos, mejor será la ventilación. La altura correcta debería de ser de 3 o 3,5 metros como mínimo.
Si conseguimos igualar la temperatura interior a la del exterior conseguiremos reducir la cantidad de amoniaco (producido por los excrementos de los caballos y que afecta al sistema respiratorio de los mismos en altas concentraciones). Los microorganismos que transforman los excrementos de los caballos en gas venenoso se multiplican mejor con el calor y de esta forman producen más amoniaco.
Limpiar periódicamente con agua abundante los conductos y zanjas, asegurándonos de la libre evacuación.
Mantener el montón de estiércol alejado de los boxes, para evitar que las moscas que lo rodean importunen o, lo que es peor, contagien a los caballos.
Tenga en cuenta el poder purificador del sol y del aire libre: conviene airear adecuadamente la cuadra cada cierto tiempo y sacar mantas y demás equipo del caballo al sol, con lo que perderán su olor a moho.
Adquiera la buena costumbre de personalizar los equipos para cada caballo (mantas, equipo de limpieza…). Es la mejor forma de evitar los contagios.
Tenga además en cuenta estos consejos:
Pintar las paredes hasta una altura aproximada de 1.40 m. favorece enormemente su higiene y limpieza.
La limpieza de los graneros conviene realizarla en los meses de mayo/junio.
Lávese bien las manos después de cualquier labor de desinfección, los productos utilizados contienen elementos que hasta cierta medida pueden resultar realmente tóxicos.
CÓMO DESINFECTAR LA CUADRA
La labor de desinfección de las instalaciones resulta básica y primordial. Boxes, establos y pasillos deben ser desinfectados cada cierto tiempo para evitar la propagación de todo tipo de gérmenes.
Un lavado minucioso con agua y jabón no resulta suficiente; es necesario pasar un desinfectante activo para acabar con los microbios y parásitos que buscan su sitio entre las grietas del suelo y los rincones, para evitar su destrucción.
Para ello un buen producto es el desinfectante especial para cuadras Lican, que debe ser diluido mucho antes de su uso. Después y para su aplicación, podremos valernos de una escoba- cepillo para el suelo y de un pulverizador para las paredes. Es muy importante que esta escoba sea capaz de penetrar perfectamente en todas las grietas, para no dejar ningún sitio libre para los gérmenes. Una vez aplicado el producto en paredes y suelos de la cuadra, conviene dejarlos secar y no meteremos a los caballos dentro hasta comprobar que ha secado perfectamente.
 
CÓMO DESINFECTAR EL GRANERO
A pesar de lo bueno que puede resultar un producto especializado en la desinfección de las cuadras, lo cierto es que no es para nada recomendable la aplicación en los lugares que utilicemos para albergar el grano que supone la alimentación para el caballo.
Por ello, para la desinfección del granero utilizaremos un insecticida adecuado para la destrucción de insectos y ácaros. A la hora de adquirir el producto en concreto, consulte en tienda sobre la existencia de sustancias que actúan con eficacia durante tiempo prolongado (3 meses).
De cualquier manera, para conseguir que el producto sea eficaz pero que a la vez no resulte tóxico, lo importante es conseguir una correcta dosificación; por ello es conveniente leer con atención todo lo indicado por el fabricante en cada caso.
Un consejo: no pulverice producto sobre los pesebres o los abrevaderos. En caso de que, por accidente, le caiga insecticida en estos lugares, convendrá proceder inmediatamente a su limpieza con abundante agua.
Por supuesto el producto tampoco puede alcanzar el alimento; por ello siempre es recomendable vaciar completamente los graneros y los silos; lo que nos servirá para comprobar la inexistencia de nidos de infección en el fondo que podrían contaminar todo el conjunto.
CÓMO COMBATIR UNA INFECCIÓN
Cuando la infección ha invadido la cuadra, la forma de actuar es diferente. Sin duda deberemos optar por el uso de productos y formas más «drásticas»; por un lado y antes de nada tendremos que vigilar la salud de los caballos y actuar en consecuencia siguiendo las indicaciones del veterinario.
Pero por otro lado, deberemos actuar rápidamente en la desinfección de las cuadras; una desinfección que no sólo atañe al lugar físico sino también a los elementos que en él se encuentran: maquinaria, productos de limpieza, guarniciones…
Debemos tener bien claros los pasos a seguir y actuar responsable y rápidamente:
Conviene comenzar la labor estucando las paredes con cal apagada con agua (en dosificación de un 10%, a la que conviene añadir un producto adherente que ayude a la correcta actuación sobre las paredes).
El segundo paso será quemar las pajazas y flamear con un soldador las zonas metálicas (rejas).
Todo el material de limpieza y arreos deberá ser sumergido en agua con algún producto desinfectante. Allí permanecerán durante unas tres o cuatro horas.
Hay quien además de esto recurre a el quemado de una bomba desinfectante en los locales cerrados herméticamente.
Ésta debe dejarse durante toda una noche, de manera que los gases penetran en los más profundo de las grietas del suelo.
Una correcta desinfección pasa por romper el ciclo de reproducción de las especies que se desean destruir, dejando vacío el local durante cierto tiempo.
No basta con destruir las especies vivas para librarse de ellas, hay que poner especial cuidado con la larvas y huevos, que resisten a la gran parte de los productos que podemos aplicar.»
Saludos de Gabriel.

Gabriel Gamiz

Jinete de Raid Juez de Raid

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