Como Prevenir Accidentes en el Transporte de los Caballos.

Como Prevenir Accidentes en el Transporte de los Caballos.

Ante un grave accidente hoy en el transporte de dos caballos para hacer el Camino de la Candelaria en el Rocio (Huelva), me he puesto a escribir este artículo para recordarle a los jinetes y aficionados de los problemas que puede acarrear el no adecuar, tanto a los caballos con al Van de las medidas de protección y medidas de seguridad para el transporte de los caballos.

Empecemos por el caballo, que es el elemento más importante dentro de un transporte, ya que el más sensible y sus posibles lesiones durante el trayecto complicaría la competición o el día de romería.

Primeramente, para acudir a una competición o simplemente para acudir a un evento lúdico, como ha sido el caso del accidente de hoy, hay que adecentar al caballo, limpieza, lavado y secado, que para la competición es una maniobra tan importante, ya que a parte de la presentación ante el Reconocimiento Previo, es beneficioso para la buena transpiración de la piel del caballo para ayudarlo en la rápida recuperación durante la competición.

Una vez adecuado el caballo para el traslado, hay que protegerlo de las posibles lesiones, tanto de golpes propios durante el recorrido  como contusiones al embarque o desembarque. Y solo lo conseguiremos con protectores de viaje, hay muchos modelos en el mercado, unos más aparatosos que otros, pero en definitiva, el fin es el que mejor lo proteja. Y hablamos de sus extremidades. Pero también hay que proteger su cola, con un protector de cola que le proteja el maslo del roce con la barra trasera al apoyarse en ella para estabilizarse durante la conducción.

Referente al protector de cola, os puedo contar una mala experiencia que me ocurrió a la vuelta de un raid en Sierra Nevada. Terminada la prueba, estaban las cuadras en Huejar Sierra, y cuando salio el camión que devolvería mi «Val-Halcon» con destino a la cuadra en Sevilla, un cambio de horario, por parte del transportista, embarco al caballo sin protector alguno, así que llego a Sevilla con todo el maslo pelado, tardo bastante en cubrirse la lesión. Todo porque el transportista no le puso los protectores, con el cambio de horario no estábamos en la supervisión del embarque, ya dice el refrán «que el ojo del dueño engorda al caballo».

En el embarque de los caballos, tenemos que tener una serie de normativas para prevenir accidentes, hay que tener suficiente iluminación dentro del van, para facilitar la entrada en este. Una vez embarcado, hay que asegurarlos con un mecanismo de amarre que sea fácil de desatar, ya que si hubiera un accidente seria complicado sacarlo si no es fácil desatarlo. Una vez dentro del Van, hay que asegurar la barra trasera, y nunca dejarla sin la clavija que asegura esta barra, ya que durante el viaje y ante una maniobra brusca, el caballo puede soltarla y con esta suelta, ser motivo de graves accidentes en las patas de los caballos. Así como asegurar el separador central, si es un van de dos plazas.

Una vez asegurada la barra trasera y los caballos bien amarrados, hay que cerrar el portón trasero, con el seguro que lleva el cierre trasero, ya que si se deja sin este seguro, podría abrirse dicho portón ante cualquier bache o circunstancia extraña ó una fuerte patada de uno de los caballos. Una vez deje mi van a un amigo y no aseguraría este portón y lo arrastró durante un tiempo, casi destrozando las protecciones de goma que llevan de protección para la apertura.

Una vez que se llega a destino, hay que desembarcar, con las precauciones al bajar a los caballos, ya que se pueden lesionar si no se bajan derechos por la rampa. Y lo digo por experiencia, en un raid en el Rocio (Huelva), al desembarcar a mi yegua » La Tabla», se desvió un poco y se golpeó una pata con el enganche del portón trasero, así que no pasó el previo y viaje en balde, no pude competir en ese raid.

 Los caballos también beben menos durante el transporte, lo que puede conducir a una deshidratación leve o grave dependiendo del grado de descenso de ingesta de agua, además, se suma que los nervios le hacen sudar, y por lo tanto, pierde líquidos. Algunos caballos llegan a destino completamente encharcados en sudor, aun sin hacer calor, solo por el miedo que pasan al viajar. Realizar paradas frecuentes y descarga al caballo.

El sistema respiratorio del caballo tiene unos mecanismos de defensa adaptados a la vida normal de un caballo, que regularmente tiene la cabeza baja, ya que pasta durante mucho tiempo. El moco arrastra por gravedad polvo ambiental y partículas infecciosas, como hongos o bacterias. Cuando el caballo viaja suele ir con la cabeza en alto, por lo que el mecanismo de arrastre por gravedad es anulado y cualquier partícula de polvo o infecciosa pasa mucho más tiempo en el respiratorio, lo que favorece las infecciones. Debemos de permitir que el caballo descienda la cabeza realizando paradas cada cierto tiempo. El salir del camión, estirarse y poder comer con la cabeza baja facilitará sus mecanismos naturales de defensa, así como orinar o defecar.

Y por último la velocidad del viaje, no se puede ir a más velocidad de la autorizada para el bienestar de los caballos, evitar acelerones y sobre todo frenadas bruscas, ya que es cuando más sufren, así con tener mucho cuidado al pasar las rotondas, las que tanto abundan, porque si se toman a más velocidad, la estabilidad de los equinos se complica mucho.

En fin, si queremos llegar a buen puerto, hay que tener mucho cuidado al transportar a nuestros caballos y todas las precauciones son pocas.

Saludos de Gabriel.

Gabriel Gamiz

Jinete de Raid Juez de Raid

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